lunes, 29 de marzo de 2010

Sobre el Gesto

El gesto es la marca del intérprete en la música, esta marca puede ser visual o sonora, y genera relaciones entre lo visual y lo sonoro, e incluso con elementos externos (por ejemplo culturales) que pueden agregar otros significados extras a la obra musical.

El gesto se inicia en la mente del intérprete, en su sentir particular, en lo que quiere comunicar y como cree que podrá lograr esto, y se traspasa a su cuerpo y a los movimientos de este, con estos movimientos controla la producción de sonido que realiza un instrumento musical (en algunos casos como por ejemplo la técnica vocal el instrumento es el mismo cuerpo del intérprete), la forma de estos movimientos corporales está determinada en gran medida por el instrumento musical con el que se realice la interpretación.

Así cada instrumento tiene sus particularidades, hay instrumentos que requieren el uso de los dedos de la mano, hay otros que requieren un movimiento completo del brazo, también los hay que requieren movimientos de los pies y/o las piernas, algunos se fijan a la cintura del intérprete requiriendo que este la mueva, otros requieren que este haga uso sus pulmones para expulsar aire a cierta presión o para estimular sus cuerdas bucales.

Estos movimientos están ligados a la producción y control del sonido, y los intérpretes tienen sus maneras de realizarlos según se sienten más cómodos o logran de mejor manera el efecto sonoro que desean, de tal manera que surgen particularidades que se convierten en marcas personales, pero también hay movimientos que no están propiamente ligados a la producción y control del sonido, sino que responden a otras dinámicas y que también hacen parte del gesto, complementando a los movimientos anteriormente mencionados.

Dichos movimientos gestuales responden a ciertas búsquedas por parte del intérprete, como por ejemplo acentuar o hacer visible un sonido en particular, demostrar el agrado (u otro sentimiento) que tiene por la interpretación, comunicar cierta idea, o agregar un significado extra a lo que está interpretando. Muchos de estos gestos se basan en estereotipos o convenciones sociales o culturales, pero también existe la posibilidad de crear nuevas convenciones durante la interpretación, como en el caso del leitmotiv en el cual cada vez que determinado contenido se presenta, un sonido o combinación de ellos lo acompañan creando así una relación entre ambos.

Los gestos corporales se pueden denominar visuales, ya que un espectador de la interpretación los percibiría por medio de la vista. Pero el gesto también se manifiesta en lo sonoro, ya que ciertas acciones del intérprete sobre un instrumento generan sonidos, y así la marca pasa de los movimientos del cuerpo de este a los sonidos que produce el instrumento.

Existen sonidos que son ellos mismos gesto, ya que sirven al intérprete para expresar aquello que quiere expresar y le permiten crear una marca que evidencia las particularidades de su interpretación y su intención con esta.

También hay gestos que combinan las expresiones físicas con expresiones sonoras, de dicha combinación surge un gesto único (compuesto), con el cual el intérprete busca expresar algo y dejar su marca personal en la interpretación. En estos casos se suele hablar de sinestesia, ya que se trata de un gesto percibido como unidad pero captado por dos sentidos distintos.

La naturaleza del gesto permite al espectador percibir la música como algo que se genera y controla en tiempo real gracias a los movimientos y conocimientos del intérprete. Por estos y otros motivos algunos musicólogos consideran que el gesto debe ser pensado y organizado desde el momento mismo de la creación de una obra musical.

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